ACUArelisto: octubre 2017

lunes, 30 de octubre de 2017

Albufera

A partir de unas magníficas fotografías de mi amiga Rosa Casado, he intentado reflejar una puesta de sol en la Albufera valenciana.

51x36 cm, Disponble

51x36 cm. Disponible.

domingo, 8 de octubre de 2017

Calles de Madrid, bulliciosas, soleadas, caos ordenado, variedad, gente ...

Las dos primeras son de la calle de San Jerónimo. En la primera, vemos al fondo el Hotel Palade y más arriba el edificio de seguros Plus Ultra. 51x36 cm.

La segunda es un detalle del edificio de seguros Plus Ultra. 26x36 cm

Y por último, nos vamos al barrio de Malasaña, más en concreto en la esquina de las calles de Manuela Malasaña y Monteleón.
Calles con mucho color, mucha gente, bullicio, bares, vida ... 55x30 cm

¿por qué?

Este es un espacio para colgar fotos tanto de mis acuarelas como de aquel que quiera colgar las suyas. Intento que sea un lugar donde se puedan comentar y explicar las técnicas de la acuarela. Iré explicando los problemas que me encuentro en mis trabajos y si alguien quiere hacer alguna observación, bienvenida sea.

Tengo ya una edad importante (marzo '67), y por tanto debería llevar un montón de años con los pinceles en la mano, pero no ha sido así. Influenciado por mi padre, aún sin su influencia, comencé a pintar muy jovencito. Lápiz, carboncillo, ceras, temperas y ... acuarela. Muchísimo tiempo viendo como pintaba acuarela mi padre, como mezclaba los colores con el agua, en los pozillos y ver como el papel absorbía el agua. Lógicamente ya estaba perdido, tenía que probarlo.

Empecé a manchar hojas, a comprar libros de acuarelas donde explicaban desde el inicio como llegar a pintar una acuarela. Que ¿por qué no me enseñó mi padre?. Primero que si lo hizo, porque solo de verle pintar se aprende y segundo, porque nunca he sido buen alumno (después comprobé que tampoco soy buen profesor).

Pintaba mucho, y lógicamente iba mejorando (ya sabéis, 80% de transpiración y 20% de inspiración). Llegué a vender unos cuantos cuadros, lo que me ayudaba a pagarme mis salidas y mis caprichos (no se me ocurrió comprar pinceles buenos, no ...).

Llegó la carrera y seguí pintando (menos cantidad pero más calidad). Me presenté a un concurso de pintura y ni siquiera pasé el corte. Un paisaje de una casa vieja en acuarela no puede competir con un ratón Micky sobre una tabla de planchar (palabra) de un pintor profesional. Primer y último concurso.

Terminé la carrera, me casé y comencé a viajar, a desarrollar las mil aficiones que tenía y dejé de pintar. Cada vez menos, por lo que cada vez tenía menos mano (ni siquiera dibujaba) y por tanto cada vez me desilusionaba más y pintaba menos. Un círculo vicioso. Llegó la crisis y el tiempo libre aumenta en la misma medida que disminuyen las posibilidades de viajar y un día miras tu caballete y tus pinceles que eso si, siempre estaban a punto. Y pruebas. Y la cagas. Y entiendes el por qué. Y persistes.

Vuelo a leer y a ver vídeos en internet (cambian las tecnologías de formación) y se le empieza a coger el gusto otra vez. Hasta ahora. Espero no dejarlo otra vez, porque no entiendo como he podido estar tanto tiempo sin pintar, sin mezclar la pintura con el agua, sin jugar con la humedad del papel ...

Vaya cognazo acabo de soltar. Aquí iré colgando los trabajos que espero vayan mejorando..

ACUArelisto

lunes, 30 de octubre de 2017

Albufera

domingo, 8 de octubre de 2017

Por las calles de Madrid

Artelista

Artmajeur

Jacques Villares

¿por qué?

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